Con una agenda antigua, un poco de cola blanca y algo de maña, realicé estos libros envejecidos. Uno se lo regalé a mis padres y el otro a mis abuelos. La verdad es que les encantó a todos.
Éste es el resultado.
Ésta es la agenda vista por detrás. Yo le puse un atril para que el libro se mantuviera de pie.
¡Qué bonitos quedan! Parecen libros antiguos de verdad. ¡Enhorabuena!
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